Manlio ya se fue…
¿Y Rafael para cuándo?
La tarde de ayer lunes, se registró la no tan sorpresiva renuncia de Manlio Fabio Beltrones, dirigente nacional del PRI a su cargo como máximo jerarca tricolor. Manlio es lo que se llama un zoon politikon que sabe, y lo sabe bien, del timing de las decisiones y sus efectos.
Como viejo lobo de mar, Manlio tenía muy claro que si el resultado de la elección del cinco de junio no le favorecía, sus aspiraciones para construir su candidatura presidencial desde la máxima cúspide del poder político partidista en México se verían derrumbarse como castillo de naipes. Por ello, me imagino, que curándose el dedo antes de la cortada, desde las oficinas centrales del PRI, en Insurgentes Norte de la Ciudad de México, se venía manejando la especie de que el resultado electoral permitiría mantener 9 de las 12 gubernaturas en competencia. Lo que no dijeron nunca, cuales habrían de ser estas entidades.
Sin embargo, la realidad superó y por mucho a la expectativa. Y el PRI no sólo no mantuvo las 9 gubernaturas como lo tenían previsto sino que entregó más de la mitad de los estados en competencia, entre ellos Tamaulipas.
Ello pues, motivó ayer la renuncia del Líder Nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien con la frente en alto, y llamándole a las cosas por su nombre, repartió la responsabilidad entre los gobernadores de los estados que vivieron elecciones el pasado primero domingo de junio.
Porque tampoco, me parece justo, que sólo el sonorense cargue con la responsabilidad de los mandatarios estatales que no hicieron bien su chamba. ¿O a poco cree Usted amigo lector que el Gobernador de Quintana Roo no fue corresponsable de la derrota de su partido? ¿O a poco el de Veracruz tampoco? ¿O el de Tamaulipas? ¿O el de Chihuahua o Durango? Los gobernadores que perdieron, porque así fue, tienen su tramo de responsabilidad y deben de responder ante la militancia de su partido.
Y quienes también son corresponsables, son los Presidentes de los Comités Estatales y Municipales que vivieron la derrota en carne propia. Ahí Rafael González Benavides quien debió irse recién pasada la elección del 2015 y cuando el éxito lo vitoreaba. Lamentablemente no lo hizo y hoy paga las consecuencias de una elección perdida… Vive el estigma de la derrota y a donde vaya lo van a señalar con el índice de fuego y a calificar de “perdedor”. ¿Y lo merece o no? No lo sé. Pero de que lo están señalando como perdedor y acusando de una mala estrategia al frente del PRI lo están haciendo. Y con todo y todo Don Rafa anda presumiendo que será el líder de la muy minada fracción parlamentaria del PRI en el Congreso de Tamaulipas… Hágame usted el favor. Ah que Don Rafa, parece que todavía hoy no pone los pies en la dolorosa y triste realidad… ¡Qué pena!
Sin embargo, hay a otros a quienes dentro del PRI también se les señala, sí, pero por sus resultados. Por eso a Edgar Melhem Salinas se le menciona con amplias posibilidades de ser el próximo presidente del PRI en Tamaulipas, porque su responsabilidad en las elecciones de Río Bravo, Valle Hermoso y Matamoros la cumplió y bien. Ahí los triunfos de los candidatos priístas a Presidentes Municipales y a Diputados Locales. Aunque también pesaron los trabajos de los gobierno municipales: En Río Bravo, Rogelio Villaseñor Sánchez y José Luis Hernández Castrellón en Valle Hermoso.
Y en Tampico, un buen trabajo de Gobierno de Gustavo Torres Salinas permitió que su candidata a la Presidencia Municipal se alzara con la Victoria.
En fin que me parece que es tiempo que en lo local se dé también el cambio de dirigencia del PRI en Tamaulipas si es que quieren rearmarse para enfrentar las próximas elecciones en el 2018. Porque el tiempo es oro molido y se va como el agua.
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